Científicos de la Universidad de Yale mantuvieron vivos los cerebros de los cerdos fuera del cuerpo durante horas después de su muerte. El trabajo Restauración de la circulación cerebral y de las funciones celulares horas después de la muerte explica el experimento realizado con cerebros de cerdo, que puede aportar luz a la investigación sobre el daño cerebral. La revista Nature publicado el periódico el 17 de abril.

"Durante la mayor parte de la historia de la humanidad, la muerte era muy sencilla". dice Christof Koch. Es el presidente y científico jefe del Instituto Allen para la Ciencia del Cerebro, en Seattle (Washington). "Ahora, tenemos que cuestionar lo que es irreversible". 

No hay comunicación entre las neuronas de estos cerebros, así que no había conciencia. Pero las células estaban vivas, y eso ya es un gran descubrimiento.

"Anteriormente, los hallazgos han demostrado que en básicamente minutos, las células sufren un proceso de muerte celular". dijo Nenad Sestan, el neurocientífico de Yale que dirigió la investigación, durante una conferencia de prensa. "Lo que estamos demostrando es que el proceso de muerte celular es un proceso gradual por etapas, y algunos de esos procesos pueden posponerse, preservarse o incluso revertirse".

El experimento del daño cerebral

Según la revista Nature, los investigadores comprobaron el estado de los cerebros durante un periodo de seis horas. Comprobaron que las neuronas y otras células cerebrales habían reiniciado las funciones metabólicas normales, como el consumo de azúcar y la producción de dióxido de carbono. Además, el sistema inmunitario de los cerebros parecía funcionar. Las estructuras de las células individuales y las secciones del cerebro se conservaron. En cambio, las células de los cerebros de control, que no recibieron la solución rica en nutrientes y oxígeno, se colapsaron. Y cuando los científicos aplicaron electricidad a muestras de tejido de los cerebros tratados, descubrieron que las neuronas individuales aún podían transmitir una señal.

Los científicos crearon un sistema llamado BrainEx, especialmente diseñado para atenuar algunos de los procesos responsables de la degradación del tejido en los cerebros postmortem. El sistema consiste en bombear una solución llamada perfusato BEx. La solución es una mezcla patentada de agentes protectores, estabilizadores y de contraste, que actúa como sustituto de la sangre. El perfusato también contiene sustancias químicas que detienen la oxidación del tejido corporal, lo que frena la apoptosis. También contiene un bloqueador de la actividad neural, cuyo propósito es doble. Bombean la solución en las arterias principales del cerebro aislado a temperatura corporal normal.

 

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La figura del artículo muestra cómo se conectó un cerebro completo al dispositivo BEx. La conexión del cerebro porcino al sistema de perfusión se realizó mediante líneas arteriales. 

 

Los investigadores utilizaron unas 300 cabezas de cerdo procedentes de un matadero del Departamento de Agricultura estadounidense. Tras optimizar la tecnología, el equipo conectó 32 cerebros de cerdo al sistema BrainEx. Hicieron la conexión 4 horas después de matar a los cerdos y tras extraer los cerebros de los cráneos. Esta red informatizada de bombas, calentadores y filtros controló el flujo, la temperatura y una solución de perfusión propia durante seis horas.

Una infografía para entender el experimento

 

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He creado la infografía utilizando Mind the Graph. Si quieres utilizar ilustraciones científicas atractivas para llegar a más gente con tu investigación, ¡también puedes utilizar mind the Graph!

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