La siesta durante el día es el placer culpable de la mayoría de los individuos.
La mayoría de las veces es también un hábito inculcado en la rutina diaria. Es muy común en muchas especies, desde las moscas hasta los mamíferos.
La siesta también se asocia a la mejora del estado de alerta, esencial para quienes trabajan hasta altas horas de la noche o para quienes suelen estar privados de sueño.
También se dice que es beneficioso para mejorar el rendimiento, la memoria y aliviar el estrés.
Pero aparte de estos beneficios, las consecuencias a largo plazo de la siesta podrían ser crónicas para el bienestar del individuo.
Aunque se trata de un tema controvertido y la razón puede deberse a múltiples factores asociados a los pañales como un ciclo de sueño inadecuado, una mala alimentación o una mala salud.
¿La hora de la siesta durante el día es tu hora feliz? Los investigadores dicen lo contrario.
Un grupo de investigadores analizó los efectos de la siesta a través de la variación genética.
Su estudio consistió en comprender la variación genética de los distintos individuos a través de su preferencia por la duración de la siesta y sus preferencias.
Actualmente, el estudio de asociación de todo el genoma ha descubierto unos siete loci genéticos que se corresponden con el tiempo de siesta durante el día.
Los investigadores utilizaron los participantes del Biobanco del Reino Unido de ascendencia europea (n=452.633), de los cuales alrededor de 38,2% declararon dormir la siesta a veces, y 5,3% de los participantes declararon dormir la siesta siempre durante el día.
Los que dormían la siesta eran casi siempre los varones de mayor edad con un IMC o índice de masa corporal elevado, diagnosticados de trastornos del sueño, fumadores o jubilados. Realizaron un estudio de asociación de todo el genoma (GWAS) con variantes genéticas atribuidas de alta calidad que abarcó a unos cuatro lakh de participantes. Para ello, modificaron los distintos factores encontrados anteriormente.
Identificaron con éxito 123 loci genéticos junto con la heredabilidad basada en el polimorfismo de un solo nucleótido, que es de aproximadamente 11,9%.
Redujeron su GWAS con individuos de mayor IMC.
Se comprobó que de los 123 loci, 110 se detuvieron en la significación a nivel del genoma.
También analizaron la diferencia de los patrones de siesta en los distintos géneros en la asociación del cromosoma X.
Además, también concluyeron sobre los genes responsables de la vía de la hipersomnolencia por obesidad: PNOC (Prepronociceptina), y PATJ (componente de polaridad de las células de la miga).
Además, la expresión del gen FADS1 (Fatty Acid Desaturase) que fue colonizado, puso de manifiesto el efecto pleiotrópico del metabolismo de los lípidos sobre el patrón de sueño.
Las otras correlaciones percibidas en relación con la genética de todo el genoma junto con los rasgos como el índice glucémico, antropométrico, así como el cardiometabólico, de los cuales muchas correlaciones se redujeron tras la contabilización del IMC.
Lo que es más, la puntuación analizada por la asociación de todo el fenotipo que utiliza la siesta diurna poligénica de todo el genoma ayudó a la correlación de las enfermedades relacionadas con la obesidad, la hipertensión y, lo que es más importante, ciertas enfermedades cardiometabólicas también.
En conclusión, sus conclusiones son reveladoras. A veces son estos hábitos los que provocan varias complicaciones no deseadas en nuestro organismo. Hay que seguir una rutina saludable y unas buenas prácticas de estilo de vida.
Para saber más sobre su investigación, consulte la referencia que figura a continuación.
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