Si hablamos de ciencia, la palabra "futuro" suele aparecer. Siempre pensamos en los nuevos descubrimientos y en su repercusión, así que tiene sentido pensar en los próximos años. Lo que no solemos pensar al planificar nuestra vida académica es nuestro legado como científicos. Este legado no es sólo nuestra investigación, sino también las personas que continuarán y conectarán nuestros hallazgos con nuevas ideas. Estas personas son jóvenes científicos sedientos de nuevos descubrimientos y conexiones.
Suena bien, ¿no? Sin embargo, sólo hay un problema con esta corriente: parece que los jóvenes científicos potenciales no aspiran a tener una vida en el mundo académico.
A grupo brasileño de investigadores en colaboración con otros países (por ejemplo, Italia y Noruega) ha estudiado el interés de los adolescentes por la vida científica. Y sus análisis no parecen muy buenos.
El estudio muestra que la persecución de una vida científica no está en los planes de los adolescentes, aunque la mayoría de ellos tienen interés en la ciencia. Este dato es muy preocupante teniendo en cuenta que el futuro de la ciencia está en manos de los nuevos jóvenes científicos. Los países de Europa han afrontado y cambiado este escenario en los últimos años. Sin embargo, Brasil no parece revertir la situación.
Cuando se trata de legar y contribuir a la ciencia, el papel de los científicos es 100% comunicar: datos, hallazgos, ideas, etc. La mayoría de los adolescentes piensan que la ciencia es aburrida o no entienden la carrera científica. Parte de esto es culpa nuestra. Los científicos nos olvidamos de comunicar bien nuestro trabajo y acabamos investigando sólo para nosotros mismos.
Las escuelas y los profesores de ciencias han estado buscando nuevas herramientas para usar en clase que capta la atención de los alumnos. Estimular a los adolescentes para que hagan experimentos, hagan preguntas y piensen en la aplicabilidad de sus descubrimientos los compromete. El resultado son adolescentes que descubren que la ciencia puede ser divertida. Además, conectar a los adolescentes con el propósito de la ciencia hace que su personalidad evolucione hacia un carácter más crítico y creativo.
La mayoría de los adolescentes no se plantean la carrera académica por la falta de conocimientos sobre la amplitud de la ciencia. La idea de convertirse en científicos se limita a los de Biología, Química, Matemáticas o Física, sin tener en cuenta que todos los campos de estudio tienen carreras científicas a las que aspirar.
En este asunto, mostrar el impacto de los descubrimientos científicos en los campos más diversos puede ser un punto de inflexión para los adolescentes que se sienten vinculados a la ciencia. Puede dar lugar a una nueva generación de jóvenes científicos.
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